Friday, September 20, 2013

El seto

El jardín de mi casa tiene un seto de pinos que colinda con la terraza del vecino de la izquierda.

Cuando compramos la casa, el seto era tan pequeño que se hubiese podido saltar de una casa a la otra.

Pero estamos en Canadá, los pinos son pinos canadienses y como tal se comportan: crecen tanto que si uno olvida la poda un año,  terminan creciendo como que si en vez de colindar con una cerca suburbana, estuviesen adornando las montañas boreales del norte de Québec.

Generalmente el seto debe ser podado en Julio, cuando ya ha pasado la mayor parte de su crecimiento. Al menos, eso dicen los especialistas quienes, justamente, merodean por la calle por esas fechas para encontrar clientes.
De hecho, yo sabía que era fines de Julio por el camión azul y rojo que se paraba en mi puerta y salía un hombrecito delgado y dinámico, que cada año se me presentaba para recordarme que había que podar el seto.

Extrañamente, este año no se presentó y a mi se me pasó el mes de Julio sin ocuparme del crecimiento desenfrenado de los pinos. Pero hoy, justamente, me decía que debía llamar a alguien, que la cerca estaba ocupando demasiado espacio. Mi esposo me comentó que ya era muy tarde, que había que dejarlo para el año que viene...
Yo por mi parte, pasaba revista mentalmente de a quién podía llamar, dado que el hombrecito no había aparecido.

En eso, sonó el timbre. Un muchacho joven se presentó indicando que se especializaba en la poda de árboles y que si queríamos podar el seto.

Decir que casi me caí de asombro es poco. Parecía una escena de "la dimensión desconocida" en la que un deseo se materializa casi instantáneamente. Mi escéptico esposo también se quedó impresionado por la coincidencia.

Discutimos el precio y el muchacho se dió a la dura labor de poda.

Al terminar, le hice algunos comentarios sobre el resultado, el me dió instrucciones para el año siguiente  y luego se me quedó mirando y me dijo:


-Ya yo había venido para acá.-

_¿Ah si?- respondí

-Si, ¿No se acuerda?

-No, la verdad es que no

- ...yo era el ayudante de René...

-¿René..el de Ganby...?

-Exacto, .. vivía en Granby... murió el 17 Agosto, después de un mes de hospitalización...

El muchacho me dió los detalles de la enfermedad, yo me acordaba del hombrecito fuerte, curtido y dinámico, que siempre tenía un cigarro en la boca, incluso cuando tenía que amarrarse para una poda peligrosa. Le dije que lo lamentaba mucho y que le enviara mi pésame a la esposa, que a veces lo acompañaba.

Luego se montó en su camión y me saludó cordialmente.

Y yo me quedé pensando en el cigarro, en las cosas de la vida, y en coincidencias de dimensión desconocida.

1 comment:

Miguel said...

http://www.technologyreview.com/view/427174/einsteins-spooky-action-at-a-distance-paradox-older-than-thought/